EL MONTE SONGSHAN Y EL TEMPLO SHAOLIN

 

China, según la tradición del Taoísmo, cuenta con cinco montes sagrados repartidos por el país, en los cuales hay templos milenarios construídos en lugares inaccesibles para garantizar el completo aislamiento.

Ya estuve en el Monte Huà (华山), ahora es el turno de Monte Song (嵩山), en el Parque Nacional de Songshan, provincia de Henan (河南). El monte Song se compone de 5 picos, siendo el Shaoshi Shan el central y el más alto (1513 m.)

En sus inicios era un centro espiritual Taoísta. Posteriormente también comenzaron a sumarse centros budistas. En total hay dispersados por todo el parque más de 40 templos y monasterios budistas y taoístas. Entre estos, los más importantes son el Templo Zhongyue y el Templo Shaolin.

La increíble marea humana que se pierde en el fondo

Monje harto bollos.

El Templo Zhongyue, fue levantado hace más de 2.700 años, y es el templo taoísta más importante de la provincia, pero fue arrasado por un incendio en 1644, y sus actuales edificios son una reconstrucción de los siglos XVII y XVIII.

Por otro lado, el Templo Shaolin, el más importante del parque, no solo fue donde nació una rama del Budhismo (budhismo Chan), sino que es famoso por ser la cuna del Kung Fu. Hoy día es un centro de peregrinaje para todos los practicantes del Kung fu y en sus alrededores hay decenas de escuelas repletas de alumnos dedicados por entero a estudiar este arte marcial.

Templo Shaolin

Saliendo del templo Shaolin, junto al camino que lleva al monte, se encuentra el “bosque de las pagodas”, compuesto por 232 pagodas que contienen reliquias de los monjes más eminentes que ha tenido el templo. 

Bosque de Pagodas

Montaña arriba, a unos 4 km se encuentra la cueva en la que Bodhidarma según la leyenda, se pasó nueve años meditando. Bodhidarma fue un monje indio que viajó a China para enseñar el budismo. En esos años meditando, cuando se cansaba se ponía a hacer ejercicios, algunos imitando a los movimientos de los animales que observaba a su alrededor, desarrollando lo que después se conocería como Kung Fu (originalmente Gong Fu). Yo no tuve tiempo para verla, por lo que seguro volveré en otra ocasión.

Por último tenemos la montaña principal, el monte Song, en el que tras ascender por todo el valle atravesando su bosque y alcanzado sus más altos riscos comienza un trayecto por sus crestas, desde las cuales se puede observar un espectáculo asombroso. El lugar, sumergido cinco veces bajo el mar en su  historia de más de 2500 millones de años, le hubiera encantado a mi amigo Manuel Ramón, que sin duda me hubiera explicado mucho más.

Sin restarle mérito al sendero construido junto a la impresionante pared, hay que decir que pierde autenticidad por estar reformado y perfectamente adaptado para el paseo de las masas, donde la única dificultad está en hacer un esfuerzo por caminar, subir y bajar escaleras.

Una vez atravesado el puente colgante (el de hoy día es de cables de acero y sin interés) hay una ermita ampliada de reciente reconstrucción, emplazada en uno de sus puntos más angostos, que respeta los elementos arquitectónicos tradicionales.

 

Un paseo bastante disfrutón si no fuera por las legiones de turistas. Evitar como sea los días festivos o vacacionales.

Consejos e Información para los visitantes:

• Como llegar:

250 m de escalera en línea recta

Hay autobuses regulares y directos a Shaolin desde Zhengzhou y desde Luoyang. Los mismos se encargan de estar como depredadores de viajeros para el regreso. No los busques, ellos te encuentran.

Desde Zhengzhou hay un autobús que va a Denfeng y otro directo a Shaolin. El que va directo tarda más...¿¿??...porque para media hora en una escuela de kung fu para enseñársela a los viajeros. Así que cuidado.

• En el recinto: 

Entrada del parque: 100 RMB.

El recorrido de las crestas desde donde te deja el telecabina (el de songshan, porque hay dos telecabinas), dura unas 3 horas de paseo y es lineal, con lo que si al final no se quiere deshacer el camino realizado para volver a la entrada, se puede continuar hasta un parking donde hay servicios (de pago, claro) de minibús y taxis que te llevan de regreso a la entrada del parque rodeando la montaña (25 min).

Verlo todo en un día es muy dificil. O bien llegar desde bien temprano (sobre las 6 u 7 de la mañana), o bien alojarse en alguno de los hoteles que hay dentro del recinto (una vez pagada la entrada y entrado en este) y poder invertir dos días tranquilamente. Junto a estas instalaciones se pueden ver a los monjes entrenando, practicando Wushu (lucha con palos) o haciendo espectáculos auténticos del tipo de partir planchas con la cabeza y demás.

Aconsejable buscar días de atmósfera limpia.

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